A pesar de algunos avances legales y sociales en las últimas dos décadas, las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) siguen enfrentando discriminación y violencia generalizada en muchos países. Esta discriminación y violencia conduce a la exclusión y esta exclusión tiene efectos adversos tanto en la vida de las personas LGBTI como en las comunidades y economías en las que viven.
Cada vez más pruebas indican que las personas LGBTI (i) obtienen resultados educativos más bajos debido a la discriminación, la intimidación y la violencia; registran tasas de desempleo más altas, y sufren la falta de acceso a vivienda y servicios de salud y financieros apropiados. Como resultado, es probable que las personas LGBTI estén sobrerrepresentadas en el 40 % más pobre de la población. (i) Por primera vez, el Banco Mundial intentó calcular las pérdidas de productividad en un informe de 2014 titulado “El costo económico de la estigmatización y la exclusión de las personas LGBT: Estudio de caso de India”. (i)
En muchos países es particularmente difícil abordar la exclusión, la discriminación y la violencia contra la comunidad LGBTI. En primer lugar, hay un estigma profundamente arraigado contra estas personas. Otra razón importante es la falta de un marco legal propicio, que suele ser resultado de esa estigmatización. De hecho, más de 70 países aún tipifican como delito la homosexualidad. (PDF, en inglés)
La falta de datos sobre la vida de las personas LGBTI constituye un obstáculo fundamental que impide abordar el estigma y la exclusión basados en la orientación sexual y la identidad de género. Los datos cuantitativos sólidos sobre las experiencias de desarrollo y resultados diferenciales de las personas LGBTI —especialmente en los países en desarrollo— son muy escasos. Esta carencia de datos plantea un desafío al Banco Mundial y a otras instituciones de desarrollo. Más importante aún es que esta falta de datos pone en peligro la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el compromiso de los países con el principio de “no dejar a nadie atrás” en los esfuerzos en pro de poner fin a pobreza y la desigualdad.